viernes, 20 de mayo de 2011

LAS MARCAS Y LA ENSEÑANZA:


LAS MARCAS Y LA ENSEÑANZA:
Las marcas aparecen en todas partes en las que se mueve la sociedad actual. La era de la electrónica ha entrado en la escuela, siendo un peligro para los centros. Una de las razones principales es el costo de todo el material electrónico. Las empresas privadas se encargan a veces de este dineral, pero a que precio para el alumnado. Comienzan creando la conciencia de marca, promocionan sus productos y encima hay que quitar fondos a asignaturas como música y educación física, que es nuestra especialidad.
En España este problema no se hace tan evidente como en Estados Unidos, donde se promueven programas obligatorios que se proyectan en las escuelas, mientras éstos se jactan de que su audiencia no baja. Es imposible que esto pase ya que es de carácter obligatorio. Las franquicias de comida rápida se han introducido en la escuela hasta tal punto que no se puede hacer la misma comida que ellos ofrecen. Tienen el monopolio de las hamburguesas, por poner un ejemplo, y la cocina de la escuela no puede hacerlas, así que los que no tienen un poder económico importante no pueden ni soñar con comer una de ellas. Se publicitan por doquier en las escuelas que “compran”, vallas publicitarias, aseos, cupones descuento en los sobres de los diplomas… Todos los lugares están en venta. La ofensiva publicitaria es espectacular y los niños se ven manejados por ellas.
¿Dónde está el límite?, ¿Quien lo establece?. En la serie de Los Simpson se mofan de esta americana situación diciendo que la tabla periódica de la escuela está patrocinada por Oscar Mayer e incluye un elemento que es el salchichonio. Las empresas siempre hacen estrategias para ganar más dinero. Cuando patrocinan algo de este estilo, su finalidad no es prestar una ayuda económica desinteresada, sino captar más clientes y engrosar su cuenta. No pienso que merezca la pena tomar parte en el juego. El precio es demasiado alto. Moldean nuestra forma de pensar creando la conciencia de marca. Hacen que cambie la escala de valores de los alumnos. Se promueve una sociedad elitista, donde no se mira la persona sino la marca de la ropa o del producto que consume.
El cargo de director deportivo de las universidades americanas está condicionado por las primas que ofrecen las marcas por publicitarse. Llegan a cifras astronómicas como 1.5 millones de dólares por acuerdo en concepto de honorarios. Esto no es muy ético porque la motivación de esos profesores no estará dirigida por el amor a educar y formar sino por enriquecerse.
La empresa americana Zapme, con la contribución de dinero, se gana el derecho a controlar en qué lugares se meten los estudiantes cuando navegan por internet. Esta es una prueba de que su objetivo es realizar un estudio de mercado acerca de los gustos de los jóvenes. Han llegado incluso a regalar cámaras para que se realicen fotos con este fin. Y encima estos acuerdos prohíben la crítica hacia dichas marcas por parte de todos los que componen la institución. Los mismos dirigentes de los centros han llegado a precisar la intervención policial con el fin de conservar un acuerdo con una marca. También han llegado a coartar la libertad de publicar un estudio sobre su marca que mandaron ellos mismos hacer porque el resultado no les era favorable.
Está bien pensado una contribución económica por publicidad pero poniendo un límite. Los casos presentados están en el día a día norteamericano. Tenemos suerte de que aquí en España se limiten a patrocinar torneos de fútbol o de gramática como coca-cola. No es necesario venderse a las marcas hasta el punto que muestran los artículos de no logo. No es posible reducir la oferta de comida en un servicio escolar debido a que hay una franquicia en las inmediaciones.
Este límite lo deben poner las instituciones que forman parte de la escuela, desde los propios alumnos y los padres hasta el consejo escolar.